El
viernes pasado, Inglaterra se conmovió con la boda entre Kate Middleton
y el Príncipe Guillermo. Te contamos cómo fue el vestido que la novia
eligió para dar el sí.
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Un diseño 100 por ciento británico
Comparándolo
con los trajes de novia de otros casamientos reales, el modelo de Kate
fue sencillo. Sin embargo, marcó elegancia y sofisticación.
Un diseño 100 por ciento británico
Kate
quiso un diseño moderno, siempre respetando a rajatabla los principios
del protocolo (por ejemplo que tanto los hombros como los brazos estén
cubiertos). Así fue como Sarah Burton decidió crear un vestido de gazar y
satén en color blanco, entallado, con escote en forma corazón, y tablas
y frunces que le dan un aspecto similar al de una flor abierta. La
falda tenía una cola de 2.70 metros de enagua con encaje de Chantilly y
Cluny.
Mientras un corset ceñía la cintura de la princesa, el vestido recuperaba cierto volumen a la altura de sus caderas.
Según
informó la Casa Real Británica, Kate había escogido a la heredera y
directora creativa de la firma Alexander McQueen por el respeto a la
mano de obra tradicional y la belleza de sus diseños artesanales.
El
personal de la firma tuvo una intensa búsqueda para conseguir las telas
que utilizaron. También confeccionaron a mano los zapatos que calzó la
princesa, para los cuales utilizaron satén marfil con encaje bordado
por la Real Escuela de Costura.
Todos los elementos del vestido, desde la tela hasta el encaje y el hilo, fueron de origen británico.
Detalles de princesas
Kate
lució un velo con capas de tul suave que fue completado con una tiara
de los años 40 y que la Reina Isabel II le había prestado para que usara
en esta ocasión. Los aretes, un obsequio de los padres de la novia,
fueron diseñados y realizados por Robinson Pelham Jewellers, y son de
roble estilizados, con diamantes con una caída de hojas de diamante en
forma de pera.